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Concluida la III Conferencia Mundial sobre RRD, ¿en qué punto nos encontramos?

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Como bien comentamos en la anterior edición, del 14 al 18 de marzo tuvo lugar la III Conferencia Mundial sobre Reducción del Riesgo de Desastres (RRD) en Sendai (Japón). Contó con la participación de 187 Estados que reiteraron su compromiso con la RRD y el incremento de la resiliencia ante los desastres, afirmando que deben tratarse con un renovado sentido de la urgencia en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza y, en el caso de que proceda, incluirse en las políticas, programas, planes y presupuestos en todos los niveles, así como ser considerado en los marcos pertinentes. Asistieron 42 organizaciones intergubernamentales, 236 ONG, 39 entidades de las Naciones Unidas y más de 300 representantes del sector privado.

I. Un nuevo marco orientado a la acción

Concluida la III Conferencia Mundial sobre RRD, cabe echar un vistazo a los documentos que se han publicado y analizar con detenimiento cuáles son las lecciones aprendidas, los retos de futuro así como las nuevas prioridades de acción. El mismo día 18 de marzo se adoptó el «Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015 – 2030» que supuso una oportunidad única a los países de:

1. Adoptar un marco para la RRD después de 2015 conciso, redactado con visión de futuro y orientado a la acción.

2. Finalizar la evaluación y el examen de la aplicación del Marco de Acción de Hyogo (MAH) para 2005 – 2015: Aumento de la Resiliencia de las Naciones y las Comunidades ante los Desastres.

3. Analizar la experiencia que se ha adquirido a través de las estrategias, instituciones y planes regionales y nacionales para la RRD y sus recomendaciones, así como los acuerdos regionales pertinentes en relación con la aplicación de dicho Marco.

4. Establecer las modalidades para la revisión periódica de la aplicación de un marco para la RRD después de 2015.

II. El MAH: lecciones aprendidas, deficiencias identificadas y retos de futuro

Desde que se aprobó el MAH en 2005, los países y otros actores pertinentes han avanzado en materia de RRD a nivel local, regional, nacional e internacional, contribuyendo así a la reducción de la mortalidad ante determinados peligros. Dicho esto, el MAH ha sido un instrumento de gran trascendencia para la toma de conciencia del público e instituciones, la creación de voluntad política, así como ha servido para emprender medidas por parte de una amplia gama de actores (desde el sector público al privado) y a todos los niveles.

No obstante, en ese período transcurrido de diez años (2005 – 2015), los desastres han acabado con la vida de miles de personas, dejando un gran número de personas afectadas. En términos generales, más de 1.500 millones de personas resultaron afectadas por los desastres. En concreto, hubo más de 700.000 víctimas mortales, 1,4 millones resultaron heridas y aproximadamente 23 millones vieron cómo sus hogares quedaban destrozados.

Se subraya la importancia de prever los riesgos, promover la planificación y reducirlos para proteger de manera más eficaz a las personas, las comunidades y los países, además de sus medios de vida, su salud, sus activos socioeconómicos, etc. fortaleciendo así la resiliencia.

Asimismo, se hace hincapié en la necesidad de trabajar más a todos los niveles con el fin de disminuir la exposición y la vulnerabilidad y aumentar las capacidades. Así, deben adoptarse medidas más concretas para hacer frente a los factores subyacentes del riesgo como: la pobreza y la desigualdad, el cambio climático, la rápida urbanización no planificada o la falta de políticas que tengan en cuenta los riesgos (entre otros). Se considera primordial aumentar la capacidad de preparación y coordinación para la respuesta a los desastres, además de la rehabilitación y reconstrucción.

Otro tema clave a tener en cuenta es la adopción de un enfoque preventivo del riesgo de desastres más centrado en las personas y sus derechos y lograr así, la participación de todos los actores pertinentes, incluyendo mujeres, niños y niñas, personas con discapacidad, personas mayores, minorías étnicas, etc. También resulta de vital importancia la creación de nuevas alianzas entre el sector público y privado, así como el mundo académico e instituciones científicas y de investigación.

En términos generales, si bien el MAH ha aportado unas directrices básicas para reducir el riesgo de desastres y ha contribuido a los avances en la consecución de los ODM, son numerosas las deficiencias que se han identificado en el tratamiento de los factores de riesgo subyacentes, así como en la formulación de los objetivos y las prioridades de acción. Dichas deficiencias muestran la necesidad de crear un marco orientado a la acción que los gobiernos y los actores involucrados puedan poner en marcha, establezca los riesgos de desastres que deben gestionarse y proporcione orientaciones para mejorar la resiliencia. Así, hacer frente al cambio climático se convierte en una de las principales prioridades como uno de los factores que impulsan el riesgo de desastres.

En dicho escenario, se hace necesario afrontar los desafíos existentes y prepararse para los acontecimientos futuros centrándonos en: el entendimiento, la evaluación y el monitoreo del riesgo de desastres; el fortalecimiento de los actores pertinentes, así como su participación plena en el proceso de toma de decisiones; la inversión en la resiliencia a través de la investigación y la tecnología; la mejora de los sistemas de alerta temprana, la preparación, la respuesta, la reconstrucción y la recuperación.

III. Cuatro prioridades de acción del nuevo Marco

A diferencia del MAH 2005 – 2015 que contaba con 5 esferas prioritarias y teniendo presente la experiencia adquirida con la aplicación del MAH, el nuevo Marco propone las siguientes cuatro prioridades de acción:

1. Comprender el riesgo de desastres.

2. Fortalecer la gobernanza para gestionar el riesgo de los desastres.

3. Invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia.

4. Incrementar la preparación para casos de desastre con el fin de dar una respuesta eficaz y «reconstruir mejor» en el ámbito de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción.

Las organizaciones regionales, nacionales e internacionales, los Estados y otros actores involucrados en la RRD deben tener en cuenta las actividades clave que se enumeran con respecto a estos nuevos puntos prioritarios, así como deben ponerlos en marcha considerando, muy especialmente, sus capacidades.

IV. La III Conferencia Mundial sobre RRD y el ciclón «Pam»

La III Conferencia Mundial sobre RRD coincide con unos momentos en los que el ciclón «Pam» arrasa Vanuatu y más de la mitad de la población resulta afectada. Una coalición de más de mil ONG lamenta el limitado compromiso financiero por parte de los líderes mundiales en el citado evento y ponen de manifiesto el fracaso por parte de los líderes a la hora de acordar un plan integral que satisfaga las necesidades de los países en desarrollo. Asimismo, se reitera la urgente necesidad de consolidar un nuevo acuerdo de cara a 2015 que se centre en los éxitos y detecte las deficiencias con respecto a su predecesor, el MAH.

Para más información sobre el proceso, véase los siguientes enlaces:

Marco Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015 – 2030

Declaración de Sendai

Vídeos de la Conferencia

Comunicados de prensa

Fuente fotografía: UN ISDR Day 1- 3rd UN World Conference on DRR

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