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Recordando a Vieques y Culebra (Puerto Rico) 11 años después

 

vieques

La situación de Puerto Rico es apenas dada a conocer por los medios de comunicación en España. Aprovechando la presencia como estudiante en prácticas de Mariana Toledo Segarra en nuestro Instituto, publicamos su análisis sobre las antiguas bases militares de Vieques y Culebra.

La isla municipal de Vieques, Puerto Rico, se comenzó a usar oficialmente con propósitos militares por el gobierno estadounidense en 1938, pero desde mucho antes la administración del Presidente Roosevelt ya estaba formulando planes para invadirla. La otra pequeña isla puertorriqueña de Culebra ya había sido objeto de la codicia estadounidense desde 1901, sólo tres años después de la colonización de Puerto Rico por los EE UU, a partir de la guerra contra España. La localización de una base naval en Puerto Rico no fue solamente un acto típico más de Washington invadiendo otro país, sino que se enmarcó en una estrategia regional para combatir la posible amenaza del comunismo en Latinoamérica.

Durante el periodo de utilización de las bases navales de Vieques y Culebra, los EE UU llevaron a cabo bombardeos aéreos, maniobras anfibias y almacenamiento de municiones en búnkeres. Además, Washington alquiló a otros países los espacios militares en Vieques para ese mismo uso[1]. Al llegar a Vieques y Culebra, los EE UU expulsaron a cientos de personas de sus casas y las destruyeron para construir la base militar, forzando a familias que se separaran, dejando a más de la mitad del pueblo sin trabajo y empleando otros modos de violencia contra los puertorriqueños.

Durante todos estos años, la presencia militar estadounidense ha causado también problemas ambientales y de salud irreparables. Como resultado de ello, los viequenses y culebrenses sufren unas elevadas tasas de cáncer, teniendo los primeros en torno a un 31% de cáncer más que en la isla central de Puerto Rico, un número que sigue creciendo con los años. Otros efectos incluyen asma, diabetes y epilepsia. En una carta del Colegio de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico se afirma que «la población de esas paradisiacas islas han sido víctimas inocentes de una alta exposición a contaminantes extremadamente peligrosos, particularmente mercurio, pero también plomo, cadmio, cromo, cobre, hierro, magnesio, fenol, selenio, plata, sulfatos, zinc y aceites industriales y grasas»[2].

Asimismo, la contaminación medioambiental ha afectado notablemente a la cultura y economía de Vieques. Así ha ocurrido, por ejemplo, con la prohibición de actividades pesqueras, una de las bases principales de la economía local, dado que varias zonas marítimas locales fueron cerradas por la Armada estadounidense. Esta falta de acceso ha contribuido a la caída de un 90% de la actividad pesquera en toda la isla en el pasado año[3]. Adicionalmente, las actividades de la Armada también han contaminado el océano y las playas locales, y se han encontrado elevados niveles de radiación en la comida consumida por la población local.

¿Qué ha hecho el pueblo de Vieques y Culebra?

La población de Vieques y Culebra se ha opuesto a la presencia y funcionamiento de la base naval estadounidense desde el comienzo. Aunque comenzaron a protestar de varias formas creativas desde que fueron invadidos, no fue hasta un accidente en el año 1999 que afectó a un ciudadano, cuando el movimiento cobró mayor intensidad en las orillas de Vieques, Culebra y otros lugares. David Sanes Rodríguez estaba en su puesto como guardia de seguridad el 19 de abril de 1999 cuando, dos bombas de 500 libras, fueron lanzadas en su dirección, matándolo e hiriendo a otras tres personas. El piloto de la aeronave simplemente había confundido el poste en el que se encontraba la víctima con el objetivo del ataque durante una sesión de entrenamiento. Esto provocó una indignación masiva por todo Vieques y el resto de Puerto Rico y desde entonces comenzó lo que los viequenses llaman “la protesta con la propuesta” contra las actividades y presencia de la base militar en Vieques y Culebra. Dentro del marco de propuestas creado por la población local para la desmilitarización, descontaminación, devolución y desarrollo de las islas, se han hecho actos de desobediencia civil, cabildeo, marchas, peticiones, cartas, etc., incluyendo el uso de camisetas con mensajes y visuales como forma de solidaridad visible en la larga y ardua lucha. Se han formado también organizaciones viequenses, tales como el Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques y la Alianza de Mujeres Viequenses. Además, se han creado redes de solidaridad con otras organizaciones internacionales, como la entidad japonesa, Acto de Mujeres Okinawa Contra la Violencia Militar en la isla de Okinawa, que fue igualmente ocupada por el ejército estadounidense durante más de 60 años[4].

Por su parte, y en relación con este caso, la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico demandó a los Estados Unidos por violar hasta diez artículos de la Declaración Americana de Derechos Humanos, incluyendo el derecho al trabajo, la vida, la salud y al acceso a información[5].

A lo largo de estos años los Estados Unidos han respondido de varias formas, pero ninguna que haya afectado de modo beneficioso. Lo primero que ha hecho el gobierno estadounidense es negar su responsabilidad en todos los problemas causados por sus actividades, planteando que no hay conexión entre los problemas de salud y las actividades militares. Aunque médicos e investigadores de Puerto Rico han publicado evidencias de que dicha conexión, los Estados Unidos simplemente han rechazado esas publicaciones e insisten en que no hay ninguna prueba fehaciente acerca de esto[6].

Un ejemplo de esta sostenida intención de ignorar el problema fue cuando el Presidente Bill Clinton, en el año 2000, pretendió compensar al gobierno de Puerto Rico con 40 millones de dólares americanos si permitía la continuación del uso de Vieques y Culebra para actividades navales[7]. Al constatar la resistencia de los puertorriqueños, la administración estadounidense intentó evitar la confrontación haciendo disponer dos millones y medio de dólares para hacer un referéndum sobre el estatus de Puerto Rico cómo territorio no incorporado de los EE UU, en lugar de invertir esos recursos para poner en marcha un plan de recuperación de Vieques y Culebra. Finalmente, Clinton accedió a las demandas de los puertorriqueños, apoyadas por protestas internacionales, y clausuró la base naval en mayo del año 2003. Pero todavía hoy los EE UU se sirven de un transmisor de radar (el ROTHR) y un complejo de comunicación en Monte Pirata que afectan al medioambiente. Deborah Berman Santana explica en su artículo La lucha continúa que el transmisor interfiere con el sistema meteorológico y las líneas de comunicación en la isla[8].

Como respuesta directa a las protestas de los viequenses, ahora enfocadas a los efectos de salud y el medioambiente, los Estados Unidos tratan de culpar a los propios viequenses de sus problemas. Ejemplo de ello fue el caso de un pastor llamado Mauro Simpson, que fue encarcelado sin el debido proceso legal por protestar en tierra “perteneciente” al ejército estadounidense. La razón dada por el magistrado fue: “Aquellos que se encuentran actualmente en el periodo de entrenamiento militar van a incorporarse inmediatamente al servicio activo en la guerra contra el terrorismo. Por lo tanto, interrumpir o amenazar el movimiento militar en un momento en el que nuestras vidas cotidianas se desarrollan a un nivel de seguridad extremo o elevado, dado la continuación de amenazas por terroristas, por sí mismo es un acto que coloca a la disposición militar y la seguridad de la Nación en riesgo mientras pone en peligro la seguridad de la comunidad”[9]. Esto sirve como ejemplo de la política estadounidense, en la cual se utilizan varias formas (como la propaganda) para responsabilizar a la víctima real de sus propios excesos y explotaciones.

Durante la campaña electoral en 2008, el actual Presidente Barack Obama prometió hacer algo sobre la cuestión de las islas si era elegido. Desde entonces se ha implementado una estrategia de limpieza en Vieques, que consiste en quemar abiertamente las bombas todavía no detonadas. Lo que provoca esto, en vez de limpiar, es aumentar el daño al medioambiente y, en consecuencia, a la salud de la población y de la vida marina. Esta respuesta demuestra lo débil e inadecuada que es su política con respecto a esta cuestión. Similarmente, hay una falta de representación de la gente viequense y culebrense en proyectos implementados por los Estados Unidos en los primeros años desde que se cerró la base militar, como el Technical Review Committee (TRC), en el cual todos sus miembros son americanos elegidos por el gobierno estadounidense.

En este momento la causa de Vieques y Culebra se halla en un momento importante de su lucha contra Estados Unidos. En un país en el que constantemente se debate su estatus político-, con algunos sectores promoviendo la condición de Estado por un lado, otros abogando por la independencia y otros con posiciones intermedias- la tragedia de Vieques y Culebra ha fortalecido el encono contra al gobierno estadounidense tanto en la isla como en la diáspora puertorriqueña en los Estados Unidos, lo que ha ayudado al movimiento viequense y culebrense en su lucha contra la base naval y sus efectos. En marzo de 2014 el comisionado de Puerto Rico en Washington, D.C, Pedro Pierluisi, junto con otros miembros del senado puertorriqueño, reclamaron a Chuck Hagel del Departamento de Defensa de los EE UU que publicase sus datos y la información sobre la ocupación naval de Vieques y Culebra[10]. En septiembre del pasado año el senador del Partido Popular Democrático, Luis Daniel Rivera Filomeno, reclamó a los EE UU que aceptase su responsabilidad por sus acciones. Esta causa ha unificado a los puertorriqueños de diferentes procedencias políticas, sociales y económicas ante una meta común aún por lograr algún día.


 


Foto: Pichardo, Dennis M. Rivera. “Vieques: Rostros de una lucha, 10 años después.» Fotografía 2014. http://www.primerahora.com/noticias/puertorico/nota/presentanexposicionfotograficadelaluchadevieques-990219/
 

[1] Ronald O´Rourke. “Vieques, Puerto Rico Naval Training Range:
Background and Issues for Congress,” Navy Department Library, 17 de diciembre, 2001

[2] “Médicos de Puerto Rico piden a Obama descontamine islas usadas por militares,” El Universo, 26 de octubre, 2013.

[3] “Disminuye la pesca en Vieques,” El diario, 21 de febrero, 2013.

“Okinawa Institute Research Web Site,” 13 de junio, 2014, http://okinawa-institute.com/en/node/29.

[5] Joel Cintrón Arbasetti, “Estados Unidos demandado ante la OEA por violar derechos humanos en Vieques,” 80 grados, 27 de septiembre, 2013.

[6] Deborah Berman Santana, Centro Journal 18 (2006): 111.

[7] William Harrel y Linda Backiel. “Roselló and Clinton´s Private Vieques Agreement,¨EBSCO Publishing, marzo, 2000, 50-51.

[8] Berman, “La lucha continúa,” 112.

[9] Linda Backiel. “The People of Vieques, Puerto Rico vs. the United States Navy,” Monthly Review. Febrero, 2003.

[10] José A. Delgado, “Pide al Pentágono entregue información militar de Vieques y Culebra,” El Nuevo Día, 26 de marzo, 2014.

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