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Ana Urgoiti: “El tema de género siempre ha estado ahí, pero no visible ni completamente bien entendido»

A_Urgoiti

Con motivo de la celebración de las VI Jornadas Estatales de Acción Humanitaria, tuvimos el placer de hablar con ella un rato y que nos presentara el Marcador de Género y Edad, como experta senior en la materia.

Ana Urgoiti es posgraduada en Derecho Internacional Público, con estudios complementarios de acción humanitaria, desarrollo y género. Tiene una consolidada trayectoria en docencia sobre cooperación internacional, acción humanitaria, evaluaciones y, en particular, sobre el proyecto Esfera, siendo una de las 10 formadoras internacionales de este proyecto. Ha impartido formaciones para diversas universidades y entidades nacionales e internacionales, entre las que se encuentran ECHO, UNFPA, UNESCO, FAO, PMA, Cruz Roja, Oxfam, entre otras. También ha realizado evaluaciones externas de proyectos para ONGD.

En materia de Género, es miembro senior del equipo consultor para el desarrollo e implantación del Marcador de Género y Edad de ECHO. Además, es autora del Manual de pautas para la integración efectiva de la perspectiva de género en la acción humanitaria de la AACID.

En las recientes VI Jornadas Estatales de Acción Humanitaria pudimos escucharte hablando sobre la incorporación del enfoque de género en la acción humanitaria y los retos que presenta para muchas organizaciones del sector. ¿Cuáles son los mayores obstáculos para la integración del enfoque de género?

Existen obstáculos a dos niveles. Hoy por hoy, creo que siguen existiendo muchos mitos en el sector humanitario. Se identifica esta cuestión con algo relativo exclusivamente a mujeres. Por tanto, sólo mujeres trabajadoras humanitarias se acercan al tema de manera voluntaria y cuesta mucho atreaer a los hombres humanitarios. No hay más que ver quiénes son «gender focal point» o «gender advisor» en el sector. Así, también a la hora de realizar proyectos, esta identificación lleva a que trabajar con mujeres beneficiarias sea ya algo que «calma» las conciencias porque «ya hacemos género».

Y, a nivel operativo, la falta de acceso en el momento de la emergencia es un obstáculo claro en emergencias de tracto rápido; pero también veo la falta de comprensión de cómo la mayor parte de la información que necesitamos para incorporar el enfoque de género en la respuesta de emergencia puede y debe recabarse antes de la crisis, aprovechando los proyectos de desarrollo, de gestión de riesgos… «No necesito esperar a que explote el volcán para averiguar los roles de género o las dinámicas de poder en una comunidad».

Una de las herramientas fundamentales para la integración del enfoque de género en el trabajo humanitario es el Marcador de Género y Edad de ECHO. Este marcador permite monitorear la integración del enfoque de género no sólo en el diseño del proyecto sino a lo largo de la implementación y evaluación final. ¿Podrías explicarnos más detenidamente cómo funciona esta herramienta?

Es un intento de poner las cuestiones de género y edad en el diálogo humanitario entre donante y organización socia para mejorar la calidad de la acción humanitaria. Se plantea de manera colaborativa, dando a la organización socia la posibilidad de poner una «nota» a su propuesta según la sensibilidad a cuestiones de género y edad en base a 4 criterios de calidad: análisis de género y edad; asistencia adaptada a las diferentes necesidades y capacidades; efectos negativos y participación adecuada.

Los oficiales de ECHO valoran esa nota y si no están de acuerdo la modificarán informando al socio de la nota dada. Además, en este momento de la propuesta, la intervención humanitaria recibirá una nota en el momento de la ejecución y seguimiento, y una nota final acorde con la información contenida en el informe final. La idea es que la nota refleje la realidad de la intervención y no tanto lo que se dice en la propuesta, pues todos sabemos que no es tan dificil escribir propuestas «bonitas».

Lo importante de herramientas como éstas es su plasmación a la hora de llevar a cabo los proyectos en el terreno. ¿Cómo está impactando el uso del Marcador en la mejora de la calidad y la eficacia de la acción humanitaria?

Todavía es pronto para decirlo porque el Marcador empezó a ser obligatorio en julio de 2014 y no hay muchas intervenciones que hayan pasado ya por los tres momentos de marcación. Se han analizado 27 hasta el momento y las conclusiones no pueden ser representativas, pues más bien lo que ECHO está haciendo es considerar estos resultados como posible línea de base para comparar en el futuro cercano.

El consorcio Inspire está compuesto por GPPi, Groupe URD y el IECAH y se dedica a asesorar a la DG ECHO en materia de acción humanitaria. Tú has trabajado asesorando sobre género. ¿Podrías contarnos cómo se ha desarrollado esta labor?

Estuve trabajando con personal de GPPi y de ECHO en el momento en el que el Marcador llegaba a su versión borrador, y pude participar en misiones en el terreno para pilotar esta herramienta. En concreto, estuve en Colombia con personal de ECHO y de organizaciones socias que se prestaron voluntarias para probar el Marcador. En esa época, esta herramienta era algo diferente, pues aún se intentaba incorporar algún otro factor de diversidad y la manera de anotar era más complicada, con una escala con decimales. Vimos que era demasiado y de la experiencia de esas misiones en terreno se decidió el diseño final tal y como se conoce hoy.

Una vez la herramienta estuvo terminada, trabajamos asesorando a los responsables de modificar la Single Form de ECHO para que la nueva versión facilitara a las organizaciones informar sobre las cuestiones que se necesitan para marcar.

Y la última etapa fue ya en solitario diseñando la formación que acompaña al Marcador desde diciembre de 2013; una formación que ha ido adaptándose a las necesidades de aprendizaje que íbamos detectando tanto en personal de ECHO en Bruselas y en terreno, como del personal de la organizaciones socias.

También soy una de las dos formadoras que está recorriendo el mundo haciendo los talleres en las oficians regionales de ECHO para su propio personal y organizaciones socias. En concreto, respondo a esta entrevista desde el taller que estamos haciendo en Senegal con personas basadas en 6 países diferentes trabajando para ECHO y 11 de sus organizaciones socias.

Para terminar esta entrevista, ¿qué podemos esperar en los próximos años en cuanto a la integración del enfoque de género? ¿Qué retos se presentan de cara a una mejor incorporación el enfoque de género en la acción humanitaria?

Creo que el tema de género siempre ha estado ahí, pero no visible ni sistematizado ni completamente bien entendido. Pero, al menos el empuje y liderazgo de un donante tan importante (por volumen de fondos y por su posición) como ECHO, va a visibilizar este tema. No es posible responder bien si no se analizan de forma adecuada las dinámicas de género; no es posible ofrecer una respuesta adecuada si no conocemos las diferentes necesidades y capacidades. Por tanto, no es posible lograr una mayor eficacia de la ayuda.

Los retos ahora son las decisiones institucionales de gran altura que deben hacer algunas organizaciones para incorporar este enfoque no sólo en sus proyectos sino creérselo realmente y vivirlo organizacionalmente. No podemos hacer proyectos con enfoque de género y al mismo tiempo pagar menos a una consultora que a un consultor por el mismo trabajo; no podemos hacer proyectos de género y que el responsable de recursos humanos de tu organización te escriba un mail diciendo que soluciones tu problema de visado «usando tu encantadora sonrisa»… Realmente, creo que el mayor desafío en el sector español pasa por un repensar el tema a nivel organizacional y practicar con el ejemplo.

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